miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuando quiero no puedo y cuando puedo no quiero

No sé si a vosotros os pasa pero hay veces en que no debes hacer una cosa y es cuando más ganas te dan de hacerla.

Cuando tengo que hacerme un análisis de sangre y no debo ir al baño hasta por la mañana... es cuando más ganas me dan de ir. No me levanto nunca por la noche para ir al baño pero ese día... me dan unas ganas tremendas.

En invierno deseo ponerme la ropa de verano e incluso me pongo camisetas de manga corta con otras de manga larga debajo... En verano me apetece ponerme la ropa de invierno y siempre llevo una chaqueta finita o vaquera por si me da frío (aquí en el sur eso es imposible).

Nunca como helados, no soy muy de dulce, soy mas bien salada... pero ahora que me he puesto a dieta tengo unas ganas tremendas de comer helados a todas horas, ni que decir de comer salchichón...

Cuando tengo el pelo largo me dan arrebatos de cortármelo y cuando lo he hecho quiero volver a tenerlo largo.

Llevo todo el año sin estudiar demasiado y ahora que no tengo tiempo porque Victoria me necesita... es cuando más ganas tengo de estudiar y me quejo porque no tengo tiempo de hacerlo.

Todo el año me quejo de tener que ir a trabajar... ahora estoy deseando que se me acabe la baja para incorporarme...

Soy pura contradicción. ¿Y vosotros?


3 comentarios:

Ligia dijo...

Sí, tienes razón. Somos pura contradicción. A mí me suele pasar con el pelo, que cuando termino cortándomelo, me cabreo conmigo porque tengo que esperar mucho tiempo para que me vuelva a crecer.
Besitos

Catalina dijo...

¿Me lo dices o me lo cuentas?
Ayss así somos todas las mujeres...¡¡te has olvidado decir que las que tenemos el pelo rizado lo queremos liso y las que lo tienen liso se hacen moldeados.

Somos pura contradicción, o mejor dicho: queremos lo que no tenemeos.

Lo único que no me cuadra que no me indentifico contigo es en lo tener ganas de vestirme en verano con ropa de invierno. Yo odio la ropa de invierno.

Besos a ti y a tu pequeña Victoria.
Tita Cata

Velvetina dijo...

Me temo que las contradicciones siempre nos acompañan, te aseguro que tú no eres la única que ve las cosas de esta forma… ¿No hay un dicho popular que dice algo así como que siempre deseamos lo que no tenemos?, Cata también te lo ha comentado.

Aunque la verdadera cuestión no es esta, sino más bien darnos cuenta de cuáles son nuestras prioridades en cada momento. Tú, por ejemplo, cuando te incorpores a trabajar ¿es que no vas a echar de menos en algún momento la vida que llevas ahora?... ¡Es que somos unas quejicas!, ¡esa es la verdad!.

A mí me encantaría tener una gran melena, y rizada ¡por supuesto!; sin embargo, ¡he aprendido a hacer virguerías con mi poco pelo! y ¡deseando estoy que se pongan de moda las pelucas para no agobiarme con este tema!. ¿La ropa?, ¿no será más bien que tenemos unas tremendas ganas de renovar el armario y como no podemos hacerlo intentamos “cambiar de estación”?... ¡En fin!, que yo que tampoco soy golosa, pero ¡últimamente tengo unas ganas tremendas de comer chocolate!, y ¡encima del puro, del negro!.

¡Ay!, cuando dicen que hay que ser mujer para entendernos, ¡qué razón se tiene!.

Un abrazo muy fuerte para ti y ¿cómo no?, para mi sobri.

Velvetina